En
Colombia, el inicio de la prensa como principal medio de comunicación está
ligado estrechamente con la política. Casi todos los primeros periódicos del
siglo XVIII fueron fundados por políticos que veían en este medio la mejor y
más segura manera de expresar sus opiniones políticas sobre lo que sucedía en
los años finales del período colonial.
Las
primeras publicaciones de esta naturaleza que aparecieron en Colombia fueron:
Fundados por Manuel
del Socorro Rodiguez
- Gaceta de
Santafé (1785)
- Papel periódico de
la ciudad de Santafé (1791)
- Seminario del Nuevo
Reino de Granada (1808)
Fundado por Francisco
José de Caldas
- Diario político de
Santafé de Bogotá
Fundados por Salvador
Camacho Roldán
- El Siglo (1849)
- La Reforma (1851)
- La Opinión
(1863-66)
- La Paz y El
agricultor (1868-69)
- La Unión (1861)
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Fundado por Rafael
Nuñez, fundado por Rafael Núñez, quien también escribió en
periódicos como Neogranadino, El Tiempo
y La Opinión.
- La Democracia de
Cartagena
En
1848 nace, por intermediación de Manuel Ancízar (1812-1882), la imprenta El Neogranadino. Este federalista
ilustrado fue quien introdujo en el país máquinas modernas y un equipo de
impresores, dibujantes, pintores y litógrafos, logrando gestar una gran
revolución en el periodismo y la literatura de Colombia. Con ayuda de estas
personas y estas maquinarias se consiguió la rápida publicación de miles de
ejemplares de una misma edición, lo que hacía que la difusión fuese más
amplia y generalizada. Aprovechando estas nuevas tecnologías y saberes,
Ancízar fundó el periódico El Neogranadino,
lo que permitió dar inicio a una nueva etapa en la prensa del país.
Vale decir
que, en realidad, el primer periódico del país nació en Santafé de Bogotá en
1791, aunque hacía más de medio siglo que las imprentas funcionaban
regularmente en el Virreinato. De ellas salían novenas, sermones oraciones,
noticias eclesiásticas, composiciones piadosas, reglamentos y
ordenanzas.
La
imprenta llegó tarde al país y, en general, a todas las colonias, en parte
debido a la censura del Tribunal de la Santa Inquisición, que era consciente
del poder de la palabra, de tal suerte que desconfiaba de todo lo que se
pudiera publicar. Pasado el auge del poder político de la Inquisición, los
libros y publicaciones representaron para el gobierno español una gran
amenaza, pues los criollos, gracias a ellos, lograron establecer contacto con
pensadores europeos que hablaban de libertad e independencia.
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Sin
embargo, el intento de los españoles de constreñir e impedir tanto la llegada
como la publicación de textos seculares fue vano, ya que muchas personas que
luego serían próceres de la Independencia en América fueron desterradas a
Europa, de donde regresaron con ideas mucho más consolidadas y con una visión
más amplia del mundo. Una prueba de ello fueron las tertulias y salones
literarios que se multiplicaban por todos los rincones de las colonias, y en
donde la influencia de las ideas de la Ilustración europea era evidente).
Durante el
período de la Independencia, el periodismo, y por tanto la prensa, estaba al
servicio de los ejércitos patriotas, pues por medio de los impresos se
hablaba de sus necesidades, de sus triunfos, de las derrotas de la
contraparte y de su continua movilización. Más adelante, cuando estas necesidades
cambiaron debido a la terminación de las luchas, los personajes importantes
buscaron a la prensa como un medio de expresión literaria e intelectual para
hacer conocer sus obras y para poder organizar un nuevo Estado. Cada
personaje publicaba en el periódico que fuese más próximo a su línea
política, de tal forma que la libertad de prensa, sorpresivamente, fue
respetada, tal vez más por accidente que por una auténtica voluntad de
concordia y fraternidad. A partir de 1810, se fundaron innumerables
diarios y periódicos quincenales o semanales, entre ellos se destacó el
fundado por Antonio Nariño, La Bagatela, desde donde le fue posible
derrocar a la primera Junta de Gobierno y, así, hacerse con el poder. Por
otro lado, el periódico federalista Argos, de Cartagena, fue quien se
encargó de hacer frente a los embates de Nariño en contra de la Junta.
El poder
de la prensa durante el siglo XIX se hizo evidente durante la guerra que, en
1854, libraron la alianza liberal-conservadora y el gobierno populista de
José María Melo. Innumerables escritores, poetas y periodistas que también
estaban en las filas del ejército, o al menos luchaban políticamente,
escribieron sus protestas en contra del Gobierno en distintos medios
impresos; a su vez, El Alacrán,
fundado en 1849 por Germán Gutiérrez de Piñeres y Joaquín Pablo Posada, se
dedicó a defender, junto con las sociedades de artesanos, al gobierno de
Melo.
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HISTORIA DE LA PRENSA EN COLOMBIA
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